El asalto a Pozo Dragón fue el resultado de una revuelta en Desembarco del Rey durante la Danza de los Dragones en la que murieron cinco dragones y miles de personas.[1]
Desarrollo
Durante los disturbios que se dieron en la capital por la falta de alimento, una turba del pueblo llano, enloquecida por los delirios de un predicador llamado El Pastor que afirmaba que los dragones eran demonios a los ojos de la Fe de los Siete, asaltaron el Pozo Dragón de Desembarco del Rey.
La multitud fue capaz de trepar por las ventanas y derribar las puertas de entrada de roble y hierro usando un ariete y golpeando varias veces en los ejes de las puertas. En el momento en el que los atacantes entraron en las arenas del Pozo Dragón, las bestias se despertaron enojadas. Atrapados dentro de la fosa, entre la pared y la bóveda y encadenados con sus pesadas cadenas, los dragones no fueron capaces de volar o utilizar sus alas para evadir los ataques y abatirse sobre sus enemigos. A pesar de ello, las cuatro bestias lucharon con sus cuernos, garras y dientes y, por supuesto, con su fuego, convirtiendo el Pozo Dragón en un verdadero infierno. En ese mismo instante Syrax, que se encontraba en los establos de la Fortaleza Roja, fue desatado por el príncipe Joffrey Velaryon, quien montó el dragón para llegar al lugar y llevarse a su propio dragón; sin embargo y durante el camino, el dragón de su madre se incomodó por llevar a un jinete desconocido y dio una vuelta en el aire. Joffrey cayó del dragón desde varios cientos metros de altura y murió.
Shrykos fue el primer dragón en sucumbir cuando Hobb el Talador le resquebrajó el cráneo a base de siete golpes de hacha. Morghul fue asesinado por el Caballero Ardiente. Tyraxes también fue asesinado por media docena de hombres y una mujer, los cuales afirmaron dar el golpe de muerte. Estos dragones pertenecían a los Negros.
Sólo Sueñafuego, que pertenecía a los Verdes, fue capaz de liberarse de sus cadenas. Alzó el vuelo y mató a más hombres que los otros tres dragones juntos. Finalmente, medio ciego y enloquecido, voló sobre la gran cúpula de la fosa, intentanto escapar de allí, pero el impacto fue tal que la mitad de ésta se vino abajo, aplastando al dragón y a la multitud restante.[2]
Referencias
