Hielo y Fuego Wiki
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El Caballero del Árbol Sonriente fue un caballero misterioso que luchó en el Torneo de Harrenhal. Defendió el honor de Howland Reed desafiando y derrotando a tres caballeros cuyos escuderos le habían insultado y agredido, exigiendo que se les castigara para rescatar sus caballos y armaduras.

Se le llamó el Caballero del Árbol Sonriente debido al blasón en su escudo, un sonriente arciano. Su verdadera identidad sigue siendo desconocida.

Historia[]

La mayoría de lo que se conoce sobre el Caballero del Árbol Sonriente proviene de una historia contada por Meera Reed a Bran Stark. Como introducción a su historia, Meera sugiere que "es posible que fuera un lacustre". Jojen Reed agrega "o tal vez no". Jojen cree que el padre de Bran le debe haber contado esta historia cientos de veces, pero Bran lo niega, diciendo que era la Vieja Tata la que generalmente les contaba cuentos.[1]

Según el relato de Meera, un lacustre que vivía en el Cuello decidió abandonar los pantanos para ir a visitar la Isla de los Rostros y conocer a los Hombres Verdes. Se vistió con una coraza de escamas de bronce, tomó un escudo de piel y un tridente y remó Forca Verde abajo, en un pequeño bote de piel. Pasó entre Los Gemelos de noche para que los Frey no lo atacaran y cuando salió del río se puso el bote en la cabeza y echó a andar. Tardó muchos días, pero por fin llegó al Ojo de Dioses, echó el bote al agua y remó hacia la Isla de los Rostros, donde encontró a los Hombres Verdes.[2]

El lacustre se quedó en la isla todo aquel invierno y cuando llegó la primavera oyó la llamada del ancho mundo y supo que había llegado el momento de partir. Su bote de piel estaba donde lo había dejado, de modo que se despidió y remó hacia la orilla. Remó y al final divisó las torres lejanas de un castillo muy grande que se alzaba junto al lago, Harrenhal. Al pie de sus murallas estaba por empezar un torneo organizado por la Casa Whent, donde se habían reunido campeones de todo el mundo para enfrentarse en la liza.[3]

Se encontraban el Rey y el Príncipe Dragón. Con los ellos estaban las Espadas Blancas, para dar la bienvenida a sus filas a un nuevo hermano. Entre los señores presentes en el torneo se encontraban el Señor de la Tormenta y el Señor de la Rosa. El Gran León de la Roca había discutido con el rey y no acudió, pero sí muchos de sus caballeros y vasallos. Entre las mujeres presentes estaban la esposa del Príncipe Dragón, que había acudido acompañada de al menos diez doncellas para que atendieran sus necesidades. La hija de Lord Whent fue nombrada Reina del Amor y la Belleza en la apertura del torneo. Cinco caballeros habían jurado defender su corona: sus cuatro hermanos de Harrenhal y su famoso tío, Oswell Whent, caballero de la Guardia Real.[4]

El lacustre se vio acosado por tres escuderos, ninguno mayor de quince años de edad, aunque los chicos eran todos mayores que él en tamaño. Le quitaron la lanza y lo derribaron a puñetazos, mientras lo insultaban y lo llamaban comerranas. Cada vez que intentaba levantarse lo derribaban de nuevo y mientras estaba en el suelo le daban patadas. La ayuda llegó en la persona de la loba, que atacó a los escuderos con una espada de torneo y los puso en fuga. El lacustre estaba magullado y la muchacha lo llevó a su madriguera. Le limpió las heridas y lo vendó con lino. Luego presentó al huésped a sus hermanos: el lobo salvaje que los dirigía, el lobo silencioso y el cachorro. Esa noche, la muchacha convenció al lacustre de noble cuna de asistir al banquete que marcaba el inicio del torneo. La invitación de la "doncella lobo" no era fácil de rechazar. Uno de sus hermanos encontró un atuendo adecuado para el lacustre y éste, bajo el techo de Harren, comió y bebió con ellos y con muchas de sus espadas juramentadas, hombres del túmulo, del alce, del oso y del tritón. Durante la fiesta el príncipe interpretó una canción tan triste que hizo sollozar a la doncella lobo y cuando su hermano menor se burló de ella, la doncella derramó una copa de vino sobre su cabeza. Un hermano negro pidió a los caballeros que se unieran a la Guardia de la Noche. El Señor de la Tormenta derrotó en un duelo de copas de vino al caballero de los cráneos y besos. El lacustre vio a una doncella de ojos violetas y sonrientes que bailó con una espada blanca, con una serpiente roja, con el señor de los grifos y por último con el lobo silencioso, que era demasiado tímido para pedirle un baile, por lo que el lobo salvaje se lo pidió en nombre de su hermano.

En medio de tanta alegría, el lacustre divisó a los tres escuderos que lo habían golpeado. Uno servia a un caballero con una horquilla, otro a uno con un puerco espín y el último a un caballero de las dos torres. El cachorro le ofreció encontrar un caballo y una armadura de su tamaño para vengarse. El lacustre no pudo responder, desgarrado por la indecisión. Su orgullo exigía venganza, pero tenía miedo de hacer el ridículo y avergonzar a su pueblo. No era un caballero, sus manos estaban acostumbradas a empuñar remos, no lanzas. Antes de ir a dormir, el lacustre miró hacia la Isla de los Rostros y rezó una plegaria a los Antiguos Dioses del Norte y del Cuello, luego se fue a dormir.

Los cuatro hijos de Harrenhal cayeron derrotados el primer día. Sus vencedores tuvieron un breve reinado como campeones, hasta que fueron derrotados a su vez. Al final de aquel primer día, el caballero puerco espín ganó un lugar entre los campeones, igual que les sucedió al caballero horquilla y al de los dos torreones el segundo día. Pero al final de aquel segundo día un caballero misterioso apareció en las lizas. El caballero misterioso era de baja estatura y su armadura estaba hecha con piezas de diversa procedencia. El blasón que lucía era un árbol corazón de los Antiguos Dioses, un arciano blanco con un rostro rojo sonriente. Él desafió y derrotó a los tres caballeros mencionados anteriormente. Ninguno era muy popular, así que la gente animó con entusiasmo al Caballero del Árbol Sonriente, como pronto se dio en llamar al nuevo campeón.

Cuando sus enemigos caídos quisieron pagar rescate por caballos y armaduras, el Caballero del Árbol Sonriente les habló con una voz que retumbaba en el interior de su yelmo:

“Enseñad honor a vuestros escuderos, es todo el rescate que preciso.” [5]

Cuando los caballeros derrotados castigaron con firmeza a los escuderos, los caballos y armaduras les fueron devueltos. Esa noche, en el gran castillo, tanto el señor de la tormenta como el caballero de los cráneos y los besos juraron que lo desenmascararían y el propio rey pidió que lo desafiaran porque el rostro que se ocultaba tras el yelmo era de un enemigo. Pero, a la mañana siguiente, cuando sonaron las trompetas de los heraldos y el rey ocupó su trono, sólo se presentaron dos campeones. El Caballero del Árbol Sonriente había desaparecido. El rey se enfureció, llegó incluso a enviar a su hijo, el príncipe dragón, en su búsqueda, pero lo único que encontraron fue su escudo colgado de un árbol. Al final del torneo, el príncipe nombró Reina del Amor y la Belleza a la doncella lobo.[6]

Referencias[]

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