Hielo y Fuego Wiki
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Sinopsis[]

Jon es sacado de su celda de hielo, tras cuatro días de estar encerrado allí, y llevado ante Ser Alliser Thorne y Janos Slynt. Janos le dice que sólo el maestre Aemon le está impidiendo colgarlo y que incluso ha mandado cuervos a Cotter Pyke diciendo que no es un cambiapieles. Le dara una última oportunidad para demostrar su lealtad y cumplir con su deber, enviándolo como emisario ante Mance Rayder, el cual luego de la llegada de los hermanos de Guardiaoriente del Mar ha pedido parlamentar, pero no concurrirá él al Castillo Negro porque sabe que lo colgarían. Jon acepta ir, pero le dice que no es el adecuado para parlamentar con el Rey-Más-Allá-del-Muro, ya que Mance sospechó de él desde el principio y si se presenta en su campamento, vestido otra vez con una túnica negra y hablando en nombre de la Guardia de la Noche, sabrá que lo ha traicionado. Mance se enfurecerá y no tendría más posibilidades de llegar a un acuerdo. Pero Janos le dice que su objetivo no sera parlamentar con Mance en su campamento, sino matarlo. Janos le había tendido una trampa mortal, no se atrevió a dejarlo morir en la celda de hielo o colgarlo debido a Aemon. Si asesinaba a Mance, o si lo intentaba y fallaba, el Pueblo Libre lo mataría, y aunque quisiera ni siquiera le quedaba la posibilidad de desertar, ya que para Mance era un mentiroso y un traidor más allá de toda duda.

Jon baja con la jaula más allá del Muro y ve la puerta bloqueada aún por las ruinas destrozadas de la tortuga, dentro de la cual se pudría el cuerpo de un mamut. También había otros cadáveres dispersos entre toneles rotos, brea endurecida y zonas de hierba quemada, todo a la sombra del Muro. Echó a andar en dirección al campamento de los salvajes, dejando atrás el cadáver de un gigante muerto a quien una piedra le había aplastado la cabeza. Un cuervo que arrancaba trozos de sesos de la calavera rota, cuando pasó por su lado lo miró y le graznó varias veces “nieve, nieve”. Un jinete solitario emerge del campamento de los salvajes y se encaminó hacia él, aún en tierra de nadie. Es Tormund Matagigantes que lo trata con respeto y lo recibe casi como un amigo. Le comenta que les han dado duro allí y le reconoce el mérito a él y sus hermanos negros, ya que tiene doscientos hombres muertos y una docena de gigantes. El propio Mag el Poderoso entró por esa puerta y no regresó. Comentan sobre la suerte de Styr el Magnar de Thenn, que le prometió a Mance abrir las puertas y sobre lo que le sucedió a Ygritte, ya que la herida en la pierna de Jon fue por causa de su flecha. Ambos brindan con hidromiel, “¡Por Ygritte, besada por el fuego!” y luego Tormund le comenta sobre sus hijos.

El campamento salvaje es un revoltijo descontrolado de hogueras para cocinar, con niños, cabras y ovejas que vagan a su antojo. Carece de planificación, de orden y de defensas, pero hay hombres, mujeres y animales por doquier. Mance lo espera fuera de su carpa, junto con Harma Cabeza de Perro y Varamyr Seispieles. Harma y Varamyr insiten en que lo mate ya, pero Tormund lo protege pidiendo se le escuche. Varamyr le dice que Orell vive ahora dentro de él y le está susurrando cuánto odia a Jon, ya que al morir tomo su águila y la unión warg funciona en ambos sentidos. Ahora puede planear por encima del Muro y ver con ojos de águila. Por eso lo saben todo, le dice Mance. Los pocos que eran cuando consiguieron detener la tortuga, cuántos han venido desde Guardiaoriente y cómo se van agotando sus suministros. Saben que su escalera ha desaparecido y en esa jaula sólo pueden subir unos pocos cada vez, lo saben todo. Mance lo invita a entrar solo dentro de la tienda. Dentro esta Dalla dando a luz y Val ayudándola en el parto. Jon se disculpa con Val por la muerte de Jarl y piensa que ya era bastante canalla asesinar a un hombre en su tienda durante una tregua, como para tener además que hacerlo delante de su esposa mientras nace su hijo.

Mance le muestra a Jon un enorme cuerno de guerra, con bandas metálicas de oro viejo y runas grabadas, que afirma ser el Cuerno del Invierno de Joramun. Lo encontraron en los Colmillos Helados, pero sólo él y sus lugartenientes de confianza lo saben, por eso Ygritte le dijo que no lo habían encontrado. No desean utilizar el cuerno, porque según las canciones, si lo suenan hará que el Muro se derrumbe. Ellos no han llegado al sur como conquistadores, sino para escapar de los Otros y sin la protección del Muro, no encontrarían refugio seguro, incluso en el sur. Mance le dice que no piense que los han detenido, los hermanos siguen siendo muy pocos y ellos demasiados. Podrían continuar atacando allí y mandar diez mil hombres a atravesar la bahía de las Focas en balsas para tomar Guardiaoriente por la retaguardia. También podrían asaltar la Torre Sombría, ya que conocen los accesos muy bien y podrían mandar hombres y mamuts a excavar las puertas en los castillos que han abandonado, todo eso a la vez. En ese momento Jon podría haber sacado a Garra, pero le pregunta por qué no lo hacen, y quiere oír la respuesta. Mance le dice que se desangraría, y su pueblo ya ha perdido demasiada sangre. Jon replica que las pérdidas de los salvajes no han sido tan grandes. Mance le responde que contra ellos no, pero él ya vio el Puño de los Primeros Hombres. Los Otros se hacen más fuertes a medida que los días se acortan y las noches se vuelven más frías. Primero matan y después mandan a sus muertos, ni los gigantes han podido nada contra ellos. Se volvió hacia Jon, diciéndole que regrese y les diga su propuesta, que ofrece el Cuerno del Invierno si la Guardia de la Noche le permite a su pueblo pasar el Muro y establecerse en las tierras del sur.

Jon piensa lo que sucedería y le pregunta si es un verdadero rey, si podrá gobernar a sus amigos luego que crucen el Muro. Sabe que tiene la fuerza para matar a sus enemigos, pero también tendrá la fuerza suficiente para hacer respetar la paz del rey y obedecer las leyes. Mance le dice que puede quedarse con la justicia de su rey y con sus impuestos. Que le ofrece el cuerno, no la libertad de su pueblo y no se arrodillaran ante ellos. Si la Guardia se niega, Tormund hará sonar el Cuerno de Joramun dentro de tres días. Jon cree que Slynt ni siquiera escuchara la petición de Mance, de permitir que treinta o cuarenta mil salvajes vaguen por los Siete Reinos. Podía llevar el mensaje de vuelta al Castillo Negro y contarles lo del Cuerno, pero si dejaba vivo a Mance, Janos y Ser Alliser se agarrarían de eso como prueba de que era un cambiacapas. Mientras Jon pensaba si podría destruir el cuerno allí y ahora, oyó el sonido grave de otro cuerno de guerra de los salvajes, y el parlamento se interrumpe.

Los salvajes son atacados y Harma cree que son los espectros, pero Mance sabe que no atacan cuando el sol brilla. Varamyr en la piel del águila ve a hombres de negro a caballo, siguiendo las corrientes y los senderos de los animales. Mance pide que traigan su caballo y armadura, a Harma que monten sus exploradores y a Tormund, que busque a sus hijos y forme una triple línea de lanceros. Son cuervos le dice Mance a Jon, y le pregunta si creen que lo atraparán desprevenido atacándolo mientras parlamentan. Jon responde que si planeaban un ataque, no se lo dijeron. Mance dice que si volvió a mentirle no saldrá vivo de allí. Jon vio gente correr por todo el campamento, cada cual con un propósito diferente. Algunos formaban como si fueran a asaltar el Muro mientras otros se escondían en el bosque, había mujeres que llevaban hacia el este carros tirados por perros, hacia el oeste vagaban los mamuts. Una fina línea de exploradores apareció por la linde del bosque, lanzandose sobre el campamento. Los salvajes corrieron a enfrentarse con ellos lanzando gritos de guerra y agitando garrotes y espadas de bronce, hachas de pedernal. Harma pasó al galope, al frente de treinta jinetes y choco contra los exploradores. Mance le vuelve a preguntar si sabe algo de ese ataque y Jon vuelve a repetir que nada. Mance le cree a Jon y piensa que debe ser Cotter Pyke que ataco desde Guardiaoriente del Mar.

Aparece otro jinete avisando que los tienen rodeados, los ataca un ejército de hombres de hierro. Entonces Mance monta a caballo y le pide a Varamyr que cuide a Dalla y vigile a Jon, y si intenta escapar lo mate, para ello cuenta con el gatosombra y los lobos. Mance ordena una formación en punta de flecha, pero, en cuanto salió disparado por el campo en dirección a los exploradores, los hombres que corrían en pos de él abandonaron cualquier parecido con una formación. En aquel momento el cambiapieles echó atrás la cabeza y lanzó un grito. Varamyr cayó al suelo retorciéndose y el gato comenzó a aullar también, y muy arriba, Jon vio que el águila ardía. Los lobos de Varamyr peleaban entre sí, y el gatosombra desapareció entre los árboles. Val salio de la tienda con el rostro blanco y dice que comenzó el parto. Jon ve cómo los exploradores se dispersaban ante los jinetes de Harma, que gritaban y lanzaban tajos persiguiendo a los hombres de negro que retrocedieron hacia el bosque. Pero más hombres salían de la espesura, una columna de soldados a caballo. Harma tuvo que reagrupar sus fuerzas y dar la vuelta para enfrentarse a ellos, pero la mitad de sus hombres ya se había adelantado demasiado. Por doquier suenan las trompetas y aquello hizo que el pueblo libre corriera en desorden, algunos hacia el combate; otros, en dirección contraria. Los salvajes corrían para formar en columnas o líneas de defensa, pero eran demasiado lentos, demasiado desorganizados, era demasiado tarde. El enemigo salía del bosque, del este, del norte, del nordeste, tres grandes columnas de caballería pesada.

Jon hace entrar a Val nuevamente a la tienda. Se da cuenta que los hombres de Guardiaoriente, sólo habían formado una línea de avanzadilla y lo que atacaba era un ejército. Al otro lado del campo de batalla una columna había barrido a Harma. Otra había aplastado el flanco de los lanceros de Tormund mientras él y su hijo intentaban hacerlos regresar a la desesperada. Los gigantes montaban en sus mamuts y eso les daba ventaja frente a los caballeros. Jon vio cómo los caballos de batalla relinchaban y se dispersaban a la vista de aquellas montañas, pero también había miedo en el bando de los salvajes, cientos de mujeres y niños huían de la batalla, algunos para ir a meterse directamente entre los cascos de los caballos. Vio cómo el carro de perros de una anciana se interponía en el camino de tres carros de combate y los hacía chocar entre sí.

Val quiere buscar una comadrona pero Jon le dice que el se quedara allí hasta que vuelva Mance y ella debera hacer de comadrona. Ve a Mance que se abre paso a través de un grupo de hombres a caballo. Los mamuts habían dispersado la columna central, pero las otras dos se acercaban en formación de pinza. En la linde oriental del campo algunos arqueros disparaban flechas en llamas contra las tiendas de campaña. Los salvajes pasaban a su lado, mujeres y niños que huían de la batalla junto con algunos hombres que los apuraban. Algunos lanzaron miradas torvas en dirección a Jon, pero tenía a Garra en la mano y nadie lo molestó, hasta Varamyr huyó gateando. Al este, al norte y al nordeste vio bandas de salvajes que intentaban resistir y pelear, pero los atacantes los estaban barriendo. El pueblo libre aún contaba con superioridad numérica pero los atacantes tenían armaduras de acero y caballería pesada. Vio caer a Mance y se dio cuenta que todo terminaba, los salvajes corrían y arrojaban sus armas, alguien exhibía la cabeza de Harma clavada en un palo, las líneas de Tormund estaban rotas. Sólo resistían los gigantes sobre sus mamuts, pero las llamas pasaban de una tienda a otra y algunos de los pinos también empezaron a arder. En medio del humo llegó otra cuña de caballería pesada con sus estandartes y Jon en un momento de locura pensó que era el rey Robert, pero cuando las trompetas volvieron a sonar y los caballeros se lanzaron a la carga, el nombre que gritaban era el de Stannis. Jon se dio la vuelta y entró a la tienda donde Dalla estaba dando a luz.

Personajes[]

Aparecen[]


Mencionados[]

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